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Economía de carrera: cómo mejorar tu eficiencia al correr

Muchos corredores hablan de la economía de carrera, el coste de oxígeno necesario para correr a una determinada velocidad. Este parámetro influye en tu capacidad para correr más lejos y más rápido y está determinado por la biomecánica (zancada y cadencia), la elasticidad de los tendones, la fuerza muscular y la coordinación, así como por el calzado y el tipo de superficie. La edad, la fatiga y el estado de forma también afectan a esta variable.

Según los expertos, el entrenamiento de fuerza y los ejercicios pliométricos pueden mejorar la economía de carrera hasta un 8 %. Movimientos como sentadillas, zancadas o saltos de skipping te ayudan a generar más fuerza con menos energía. La pliometría desarrolla la fuerza elástica, haciendo que tus tendones actúen como muelles.

La técnica también importa: aumentar la cadencia hasta unas 170‑180 pisadas por minuto, mantener una postura erguida con los hombros relajados y activar el tronco reduce la oscilación vertical y el desperdicio de energía. Las cuestas cortas y las series en subida fortalecen glúteos y pantorrillas y mejoran la eficiencia, mientras que los rodajes a ritmo objetivo enseñan al cuerpo a utilizar el oxígeno de forma más eficaz.

El material y la psicología también suman. Correr en superficies ligeramente blandas, utilizar zapatillas ligeras con placas de carbono y buena amortiguación, y mantener la concentración mental pueden reducir el coste de oxígeno de cada zancada. Combinadas con una planificación constante y descanso adecuado, estas estrategias te convertirán en un corredor más económico.